Edulfo Ramón Báez Gauto (33) terminó sus estudios de secundaria en el 2003 en el Colegio Nacional de Jesús, departamento de Itapúa. Al concluir esta etapa, su principal objetivo era seguir una carrera, pero sabía que no le iba ser fácil porque pertenece a una familia humilde y de muchos hermanos, además, la oportunidad de trabajar en la ciudad y estudiar, era algo casi imposible en aquel momento.
En el 2004 plantaron soja y algodón con su hermano mayor con la idea de cosechar bien, ahorrar y en el 2005 iniciar una carrera en la universidad, pero ese año fue de lo peor. Cosecharon, y ni si quiera pudieron pagar las deudas que hicieron para cultivar sus productos. La situación había empeorado y se venía otro año más crítico ya que, teniendo tantas deudas, ni crédito le iban a dar, por lo que decidió emigrar a la Argentina.
Un 5 de julio del 2005, el joven llegó en la conocida y popular Villa Soldati de la ciudad de Buenos Aires, Argentina. Es que en ese lugar se encontraba la única prima quien le podía abrir las puertas de su casa hasta encontrar un trabajo. "Miré en mi alrededor y era un lugar diferente, suspiré profundo y dije entre mí que esta era mi oportunidad”, recuerda.
En esa zona rápidamente comenzó a relacionarse con los compatriotas que viven ahí y hacía cualquier trabajo esperando que surja algo mejor. No pasaron muchos días hasta que el 19 de julio del mismo año, recibió una oferta de trabajo en Villa Elvira, ciudad de La Plata. Su primer trabajo fue ayudante de albañil y justamente trabajó con un tío. Viajaba diariamente unos 40 kilómetros. "Pasé por muchas dificultades y sacrificio”, cuenta.
El joven siguió su lucha sin detenerse. Rápidamente aprendió otros oficios dentro de la construcción por lo que de a poco iba escalando y a su vez percibiendo un mejor salario. "Fue una decisión que tomé, quería progresar y superarme. Mi objetivo principal era trabajar de lo que sea y estudiar, cosa que en Paraguay lo veía muy difícil”, relata emocionado.
En Villa Elvira conoció también al amor de su vida. Una joven peruana con quien se casó en el 2006, además es la madre de sus dos hijas, Emily Leonela (11) y Dana Francesca (4). Ya casados, en el 2007, ambos decidieron estudiar juntos en la universidad. "Vimos que era el momento de comenzar y cumplir la meta. Mi ingreso había mejorado en los últimos tiempos y la oportunidad que teníamos en la universidad local eran inmejorables”.
En la Facultad de Medicina de la ciudad de La Plata inicia la carrera de radiología, mientras que su esposa estudia enfermería. De día trabajaba de albañil y de noche estudiaba unas cuatro horas durante cuatro días a la semana. No podía estudiar con comodidad en los horarios de trabajo, por lo que los fines de semana aprovechaba lo máximo para aprender las materias desarrolladas.
Los años pasaron, pero su sueño seguía como el primer día que tuvo que emigrar al exterior. Ni los días más difíciles no le impidieron avanzar con su meta, y así, 4 años después, en el 2010 se gradúa de radiólogo, especialista en imágenes. Cumplió una parte de su objetivo, pero en los próximos años se encontraría con otros obstáculos.
Siendo ya un profesional consigue entrar a trabajar en el Hospital San Martín, un centro asistencial de referencia en la Argentina, pero debió hacerlo ad honorem hasta que lo contraten. Desde ese momento comenzaba otro nuevo desafío y sacrificio a la vez, porque ya tenía una familia que mantener y sabía que no iba ser fácil para que lo contraten.
En San Martín trabajaba unas horas, mientras que para salvar los gastos de la casa seguía trabajando en construcciones. Pasaron 2 años y medio y no le contrataron, por lo que decidió seguir estudiando para encontrar más oportunidades.
"Decidí abrir otra puerta para conseguir un puesto. Me formé como enfermero especializado en diálisis. Tuve que estudiar otros casi tres años más y a finales del 2014 me gradué. Con este nuevo título pude conseguir un puesto en el mismo Hospital San Martín, donde actualmente llevo casi tres años trabajando en el área de nefrología-hemodiálisis”
-¿Por qué no estudió en Paraguay?
No pude estudiar en Paraguay por el simple hecho de que allá se paga todo, nada es gratis. En mi caso, somos una familia humilde, sin un trabajo estable no podría pagar la mensualidad de la universidad, además cerca de 50 kilómetros tenía que viajar para llegar a la institución.
-¿Qué sabes del sistema de salud y educación del Paraguay?
Lamentablemente nuestro país está muy decadente en temas de salud y educación. Es uno de los países de Sudamérica con alto índice de analfabetos con relación a la cantidad de su población. El Gobierno destina muy pocos recursos económicos para que los jóvenes se puedan capacitar, eso influye mucho, además de la falta de incentivo.
En cuanto a la salud, los hospitales públicos carecen de todo tipo de recursos, como así también carece de una buena coordinación con recursos materiales y económicos. En fin, es un sistema desagradable, a tal punto que parece estar privatizados, porque todo se compra. Los pacientes no son bienvenidos si es que no tienen dinero.
- ¿Te gustaría regresar algún día al país para vivir?
No está en mis planes regresar para vivir en Paraguay, aunque me duela. Veo que la situación del país va de mal en peor, incluso más gentes emigran a otros países. Además, acá ya tengo todo y vivo bien.
Mentiría si dijera que no extraño mi país de origen, porque extraño mi familia, las costumbres, por eso cada vez que puedo viajo para visitar a mis padres, hermanos, parientes y amigos.
-¿Qué sabes del actual Presidente Horacio Cartes?
Creo que es un Gobierno represor, desinteresado en el progreso del Pueblo. Ha endeudado sin control al país y ha hecho poco en obras. En vez de mejorar con tanto dinero, la pobreza aumentó y los servicios básicos como la salud y educación empeoraron. Veo que el crimen organizado se apoderó del país y los secuestro y asesinatos lo ubica como el peor Gobierno de todos los tiempos. En síntesis, aunque es un presidente millonario, robó mucho más que todos.
El problema es muy grave y eso se refleja en la población. Familias desesperadas, sin trabajo y aunque consiguen, el salario mínimo es una miseria, además el desempleo y la corrupción aumentaron en estos últimos años. Me da impotencia y mucha pena.
"Agradezco al país vecino por acogerme con tanta generosidad, brindándome la oportunidad de formar en lo que soy. Ojalá y de todo corazón lo deseo que algún día, otra persona gobierne nuestro país tan rico, tan maravilloso. Ojalá piense en su gente y que cambie radicalmente toda esta realidad, para bien de nuestro querido Paraguay”, concluyó.
El destacado compatriota trabaja seis horas por día en el Hospital San Martin. Entra a las 12:00 y sale a las 18:00 horas de lunes a viernes. Su esposa trabaja también en el mismo hospital. Ella se graduó de enfermera y trabaja en el área de neonatología.
La familia conformada ya se compró para su propia casa y con el salario que perciben le da la oportunidad de invertir en otras áreas como construir apartamentos y alquilar. Los días libres él mismo trabaja en agrandar su casa.